10/11/12

MI AMIGA CLAUDIA

*Michael ROBLES Domínguez

Vibraba el celular y no quería contestar, recién había despertado, la noche anterior había formalizado el término de mi relación con Virna. Por segunda vez vibró el celular, no me interesó saber quien llamaba. En un momento pensé que era Virna y continué acostado pensando en ella, en fiestas, trago y sexo nocturno. La llamada era insistente, por tercera vez vibró, así que cogí el celular. Era Claudia, mi amiga y colega del pregrado. Hola amiguita linda, me sorprende tu llamada. Hola mi querido amigo MIRODO, como estas, discúlpame, seguro te desperté, respondió con tono debilitado. Para nada, estoy despierto, respondí. Siento mucho interrumpir tu tranquilidad pero deseo hablar contigo. Si dime, respondí. Amigo, hace un mes me enteré que mi esposo me engañaba y hoy estoy a punto de perdonarlo, por eso quiero verte para contarte todo y me aconsejes qué decisión tomar, recurro a ti, porque te conozco, conozco lo fuerte y romántico que es tu corazón, también conozco el romanticismo que regalabas a tus enamoradas, también conozco tu pasamientos marxistas, rojo y directo en decir la cosas, por eso necesito de tus palabras, así sea una frase me hará bien ¿Cuando tienes tiempo para mí? Tú eres mi amiga, siento lo que te está pasando, hoy a las 7:00 pm en el rincón rojo ¿Te parece bien? Si, te espero. Cuídate, y corté.

De pronto el bello rostro de Claudia estaba muy cerca de mí, ella me miraba fijamente a los ojos y con mucha atención asentía las palabras que le decía. El poco tiempo transcurrido fue suficiente para sentir algo por Claudia, empezó a gustarme, sentí deseos por Claudia, quise acariciar su rostro y secar las gotas de lágrimas que caían por el suelo terso de sus mejillas. No era justo que el Tirano mujeriego haga sufrir a Claudia, sus confesiones me indignó tanto que empecé a odiar a su esposo y a enamorarme intensamente de Claudia, en aquel momento empecé amar a Claudia más que a nadie, solo quería estar con ella, mirándola y acariciándola.

No soy buen consejero en temas de amores sufridos, pero al ver a Claudia deprimida, dejándome llevar por la espontaneidad y ofreciéndole mi regazo le dije: Te ofrezco mi sueño, y no cualquier sueño, son sueños que tú alguna vez pensaste y soñaste, y que más de una vez deseaste que se haga realidad, tan solo para escapar del amor sufrido, del amor que nos hace daño, o sea, del amor puro. Se trata del amor espontaneo, del amor que te ayuda a olvidar al amor que tanto nos hace sufrir, del sexo con amor efímero, ¿aceptas? ¿Aceptas escapar del dolor injusto causado por tu esposo?, regocíjate en mi cuerpo y olvida todo. Claudia, aun con las debilitadas gotas de lágrimas en sus mejillas levantó su rostro mirándome a los ojos y me respondió: Vamos, ayúdame a escapar y olvidar este dolor que presiona mi corazón.

Mirando fijamente la luna y contemplando su color descubrí que el amor había llegado en mí, y así que decidimos ir al hostal más cercano, donde terminamos después de dos penetraciones fulminantes, temeroso y apasionados. Luego, nos pusimos a conversar del problema con su esposo.

Debes perdonarlo, además, la mujer ésa, sabía que tu esposo era casado, tal vez también se enamoró, no sabemos cómo empezó esa relación. Hay muchas cosas que debes tener en cuenta ¿Lo has observado, muestra arrepentimiento, esta consternado o asustado porque sabe que te puede perder? Claudia inmediatamente respondió: Sí, lo veo arrepentido, muy asustado. Ahora, Ella, tal vez recurrió a tu esposo pidiéndole consejo sobre el rompimiento de una relación y tu esposo lo aconsejó y terminaron en la cama, como lo que acaba de pasar entre tú y yo, muchas veces es bueno engañar a nuestra pareja para saber o darnos cuenta que verdaderamente lo amamos, y cuando regresamos a nuestra pareja nos olvidamos del amante. Si es cierto, ahora me doy cuenta que es así, porque en estos momentos pienso en perdonarlo y regresa con mi esposo, y olvidarme de ti. Me gustas como piensas, respondí entre risas.

Mirando el cuerpo de Claudia, cuando ingresaba al baño y luego vistiéndose, entendí que el amor había terminado, a pesar que aun estaba a mi lado me sentí solo, sin mujer, sin amante, y peor aún, sin amor.

Ya al despedirme le dije a Claudia: Así que mejor te regalo otro sueño, esta vez se trata de nuestros sueños de infancia, ¿Alguna vez soñaste con una estrella fugaz? Si, y no solo soñé sino también me hablaron mucho de ella cuando era niña, contesto Claudia; de eso se trata mi regalo y recordarás tu sueño, sin estar a tu lado, por supuesto.

Al caminar, en la soledad mi noche, después de embarcarla, reflexioné sobre el problema de Claudia. El Tirano mujeriego al insistir que Claudia lo perdone se comportará como un humilde idiota, sabrá convencer a su esposa, sí, su aun esposa; llorará y sus lagrimas cubrieran la depresión de la enamorada Claudia, mi amiga, mi una vez amante. Mientras que la otra, la amante del Tirano, también llora en su depresión engañada sin entender porque, a pesar que en su terca ilusión sabía que era casado. Si vuelve hacer lo mismo, el tirano mujeriego no tendrá la misma suerte, será el fin y el inicio de una nueva vida de mi querida amiga Claudia, tal vez a mi lado.

MIRODO. Santa Clara, 25 de febrero del 2012

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