29/1/11

NO ERA MI NOCHE

*Michael ROBLES Domínguez

Renegando por lo inestable de mi trabajo como Fotógrafo, dentro de la institución estatal, incómodamente logré descargar las fotos y seguí la política de trabajo. La noche cada vez ganaba más cuerpo, cargando ardientes y seductores colores. Mientras yo seguía cercado por el débil hermetismo tratando de proteger la información institucional; al otro lado, María en el lugar de siempre, y a la hora citada, me esperaba deseosa para pasar la noche jugando con mi renegado cuerpo ardiente.

Terminado la faena laboral y lo dificultoso que fue escapar de la institución, percibí que era tarde, seguro que María ya no querrá verme, pensé. El tiempo había transcurrido rápidamente, casi una hora, llamé a María, me contestó muy molesta, como era de esperarse. Me dijo que me daba cuarenta minutos para llegar.

Me embarqué en el primer taxi, presioné al chofer para que acelere y pueda llegar pronto, el viejo taxista solo asintió y nunca aceleró, en un momento pensé que lo hacia, pero nada, al decrépito no le importaba mi preocupación por llegar al lugar donde María me estaba esperando.

Llegué al lugar en treinta minutos, diez minutos antes de lo que María me había ordenado. Ella no estaba en el lugar citado, la llamé y me contestó diciendo: “Me canse de esperarte, ahora cánsate tu de esperarme, nos vemos el lunes” y corto la llamada. Mirando al frente me pregunté: ahora que hago. Entonces decidí ingresar al Video Pub, donde pensé estar y conversar con María.

La poca luz ámbar dejaba ver a algunas personas sentadas, conversaban y tomaban trago, otras tomaban cerveza. Al fondo pude ver a tres parejas bailando, frente a una pantalla que proyectaba el video musical. Pensando en lo injusto que María me hizo, busqué un lugar donde ubicarme, encontré una mesa cerca de la puerta, me dirigí a ella y me senté. Inmediatamente una joven y guapa mesera me preguntó si deseaba tomar algo. Le pedí un trago, cuando se retiraba para traer mi pedido observé su delgado y duro trasero, olvidando por un momento el plantón que María me había regalado. Desagradable regalo, por cierto.

Pasado unos minutos, la guapa mesera me entregó el trago, del mismo modo, cuando se retiró pude ver su delgado y duro trasero, sintiendo que mi sangre fluía ardientemente, estremeciendo mi cuerpo por el deseo carnal. Una belleza femenina estaba observando todo mis movimientos, no se desde cuando, seguro desde que ingresé. Disimulé un poco y la desvié la mirada. Estaba sola, se le veía que estaba esperando a alguien, me di cuenta por los movimientos que hacia mirando a la puerta. Pensé que igual que yo la habían dejado plantada.

Después de tanto pensar en buscar conversar con ella y con lo poco de trago que me quedaba por tomar, decidí sacarle a bailar. Cuando empezó la nueva pista musical me acerqué a su mesa y le pedí bailar. Me contestó, “no quiero bailar”, vi sus ojos y su rostro, al parecer estaba molesta, cuando bajé la cabeza y traté de retirarme, escuché una orden que venia de ella. “Siéntate”, me dijo. Tímidamente jale la silla y me senté frente a ella mirándole a los ojos.

Cumpliendo con el protocolo de toda primera conversación, (como te llamas, que haces, etc.) me preguntó porque estaba solo en el Video Pub, la contesté contándole lo que me había pasado con María. Me respondió que algo similar la había pasado, no insistí que me diera detalles de lo que le pasó.

Solicitamos un par de tragos mas, la misma joven y guapa mesera de trasero delgado y duro nos atendió. Pasado una hora aproximadamente, con la mujer del Video Pub, la conversación se hacia mas agradable, hasta el punto que empecé a pensar llevarla al Hostal y hacerle el amor. Para esto la invité a dejar el Video Pub, la cual ella aceptó. Afuera, caminando al borde de la pista, dirigiéndonos a tomar nuestra movilidad, ella, la mujer del Video Pub, me preguntó por donde me iba, inmediatamente la respondí. No tengo rumbo, y ella sonrió mirándome a los ojos.

En un momento, cuando trató de despedirse de mi, sentí su respiración, quería besarla apasionadamente y hacerle el amor en ese momento, si es posible en la calle, pero ella muy respetable me dio un beso y me dijo: “Hasta la próxima, si algunas vez nos vemos, suerte” y subió al taxi que ya la estaba esperando.

La noche gélida, desinteresadamente permitió que la mujer que tenia frente a mis ojos huyera de mis deseos libidinosos. Vagando por la noche folclórica, pensando en lo pasado, tuve que ir a otro lugar para calentar la noche gélida que hace poco me había traicionado, y ensañarme con otra mujer sin alimentar un amor desesperado, así que decidí llamar a la mujer que nunca me falla, que siempre esta dispuesta a recibir mi calor, ella que siempre me dice “Te espero mi amor y `trai` plata”.

Santa Clara 27 de enero del 2011
MIRODO

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola...que lindo todo lo que escribes...saludos desde Guatemala...bye att. Mary

Anónimo dijo...

El texto está interesante , es una mezca de realidad y fantasía .Me encanta las historias .Buen trabajo que haz realizado .
Germany