13/4/11

LA NOCHE DE MI CUMPLEAÑOS

*Michael ROBLES Domínguez

Tratando de olvidar la ausencia de cariño que sentí en toda mi endeble existencia, y bebiendo su mirada en la soledad de mis noches, decidí -esta vez y aprovechando la oportunidad que el 2011 me regalaba- compartir la noche con Ella, con la otra (como dicen algunos), una mujer preciosa de rostro muy joven, apenas dieciocho primaveras pasaron en su vida, de piel clara y cabellos hondeados, así era Ella, tímida pero de linda sonrisa, notaba dispuesta a todo, como cuando realiza su trabajo.

Gélida fue la espera cuando llegó el día y la noche de mi cumpleaños, al estilo de un Ateo Socialista tuve que ser discreto y sencillo, más sencillo que discreto. Sin ser presuntuoso (en ella no encajo a pesar de desearlo aunque sea por el día de mi cumpleaños) empecé la noche del viernes, suplicado por un amor intruso, sin poder escapar de la penetración seductora de una mirada Juvenil, era Ella, que sin explicaciones la quería todo, como a pedir de boca.

En la habitación, hermética y engatusadora, sin duda, la música era importante y no podía faltar, así qué traje consigo la laptop donde tengo músicas variadas; a Ella, a mi preciosa chibola le gusta la música de Olga Tañon, y me lo pidió ni bien encendí la laptop. El celular vibraba, no me importó contestar, no quería que alguien interrumpiera este momento, el ablandamiento de su joven cuerpo ya había empezado y no quería que inoportunas llamadas lo echaran a perder; sin embargo, de pronto ella se desprende de mi cuerpo, por un momento me asusté y pensé que todo se había echado a perder, pero mi excitación volvió cuando vi que ella incrementaba el volumen de la laptop, luego regresó pronto a mí, mas apasionada que antes.

La pedí que baile al ritmo de “Una Noche Mas” de Olga Tañon, sin peros se alejó de mi y se dirigió a la puerta de la habitación, empezó a bailar mirándome fijamente y moviendo sincronizadamente todo su delgado cuerpo, aun con ropa. Yo sin dejar de ver sus movimientos caí en la cama subyugado por una excitación profunda.

En todo momento ella buscaba mis besos, el alcohol, que fortalecía una y otra vez nuestros exhaustos cuerpos, aun no nos traicionaba, siempre estaba presente, tal vez porque era yo el que no ingería mucho; mis manos inquietas recorrían su cuerpo, de la misma manera, sus juveniles manos a paso de primavera recorrían mi cuerpo. Habíamos explorado todo nuestros cuerpos, cansado y resentido me sentí por un momento, pero más cansada y resentida se mostraba la alcoba por soportar el terremoto sexual provocado por dos ardientes racionales.

Después de jornadas calurosas, recibí el día limeño, a pesar del frío nebuloso y de viento moderado puede sentir el efervescente calor clandestino que rezagaba mi cuerpo, pensando en repetir la faena. Nos despedimos muy acaramelados con la sensación de seguir viéndonos. Seguro que Ella al leer este post, lejos de molestarse, se va a reír, y como ya lo insinuó una vez, querrá agregarlo con historias apasionadas y libidinosas, espero que esto no suceda porque ya no quiero verla más, estoy arrepentido de todo y por no contestar las llamadas de mis amigos que deseaban saludarme por mi cumpleaños, creo que los estoy perdiendo.

Santa Clara, 11 de abril 2011
MIRODO

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